Esta columna forma parte de una serie que explora -como resultado de la crisis del coronavirus- la evolución de un modelo tradicional basado en el lugar de trabajo a otro más enfocado en la experiencia de la actividad laboral, y en el afianzamiento de la colaboración y la comunidad.
El presente documento resume las principales tendencias que observamos globalmente y que seguramente generarán un impacto significativo durante 2022 y los próximos años.
La crisis reciente aceleró notablemente la transformación del espacio de trabajo, y ahora el mundo post pandemia está reimaginando el nuevo modelo de espacio corporativo. De ahora en adelante, el bienestar cognitivo, fÃsico y emocional será la gran prioridad en una nueva normalidad que ha sumado a la conversación, la flexibilidad, adaptabilidad y resiliencia de las personas y las organizaciones.
(…) El espacio de trabajo se concibe teniendo en cuenta el modo en que cada usuario realice mejor su actividad. Y para ello, el programa de necesidades será insuficiente, ya que el diseño deberá basarse en datos objetivos: la experiencia de los usuarios, su forma de trabajar, sus expectativas, el uso que hacen del espacio. La clave será un briefing inicial robusto cocreado con los usuarios, que permitirá observar, escuchar e indagar a través de metodologÃas dinámicas.
(…) Será clave concebir la oficina como un lugar capaz de expandirse o contraerse, modificar su forma, abrirse o cerrarse en diferentes momentos. Y sobre todo un espacio que los usuarios, por sà solos y a través de simples movimientos, puedan modificar con el paso del tiempo, probando diferentes tipos de organización espacial. Otorgar a los usuarios la capacidad de organizar los espacios de diversas maneras, logra empoderarlos y convertirlos en protagonistas del cambio.